He dejado de guardarte en mis recuerdos.
Poco a poco has dejado de existir.

¿YO?

He comenzado a vivir...
¡Desde que cuento estrellas sin pensar en ti!

Hoy que puedo, me despertaré al alba
Y sin abrir mis ojos todavía, agradeceré la mañana.
He de exprimir los sueños que se han quedado dormidos
Y despertarlos, aunque no quieran, junto conmigo.

Hoy que puedo, voy a levantarme de buen humor
Y vaciar mis células de cualquier rencor.
He de abrirle la ventana al nuevo día
Y decirle al Sol que mi corazón en el confía.

Hoy, voy a llenar mis pulmones de aire fresco
Y dejaré atrás, muy atrás... aquello que ha muerto.
Lanzaré mis penas al viento
Y le diré al mundo entero... ¡cuánto le quiero!

Tengo un gran amigo, fiel y sincero... El Espejo
Que mira y refleja mi avance emocional, cada mañana.
Valiente, frente a él, me saludo desnuda de cuerpo y alma,
Y lo hago con gusto, Hoy que puedo.

¡Me lleva tiempo ponerme a tono, ¡lo confieso!
Hasta que el agua me abraza y acaricia... ¡me estremezco!
¡Un nuevo día me espera, y me alegro!
¡Que maravilla es saberme viva!, ¡HOY que puedo!

HOY, mis pensamientos generan armonía;
Mis sentimientos, agradecimiento y esperanza.
Mi cuerpo, salud, vitalidad, ¡quiero brincar de alegría! ...
¿Mañana? ¡Me río¡ ¿Llegará?

HOY, LO IMPORTANTE ES HOY, ¡QUÉ TODAVÍA PUEDO!

¿Qué hacer con esto que siento?
¿Cómo desahogar el sentimiento agridulce que me invade?
¿A qué, esta combinación de tristeza-esperanza embarga mi alma?
¿Para qué?

¿Qué tengo, ahora, que aprender?
¿Qué lágrimas habrán de purificar mi comprensión?
¿Qué nuevas formas habitarán mi conciencia?
¿Para qué?

¿Cómo desahogar esto que siento?

¿Bañándome?
¿Durmiendo?
¿Soñando?
¿Despertando?
¿Llorando?
¿Caminando?
¿Hablando?
¿Escuchando?
¿Cantando?
¿Bailando?
¿Leyendo?
¿Escribiendo?
¿Creando?
¿Orando?

... ¿Cómo? ... ¿Cómo? ¿Cómo?...
¿Mirándome al espejo?
¿Mirándome por dentro?
¡Existe una esperanza!

A ti, que piensas que TODO me va bien
A ti que crees que no lloro, no grito, no imploro...
Y quien, ingenuamente, me dice:
“que bueno que no sabes lo que es sufrir como yo”

A ti, que cuando miras una sonrisa o mil en mis labios
Piensas. y hasta aseguras, que en mí no hay dolor.
A quien en los hechos entrego,
oído, respeto, orientación y calor.

A ti, compañer@ de travesía,
quiero decirte de frente,
sosteniendo tu sorpresa en mi mirada,
el gran secreto que mi corazón guarda:

Yo también lloro,
también grito,
y sin duda alguna,
al igual que tú… ¡imploro!

Más es verdad que ni la duración
ni la intensidad del dolor es igual,
cuando en el camino he ido aprendiendo…

¡A Crecer… a Valer… y a Amar!

Enamórate de aquel lucero brillante y lejano.
Enamórate de tu quehacer cotidiano.
Enamórate del atardecer que se recuesta sobre tu hombro
Sintiéndose que contigo jamás estará solo.
Enamórate de la risa, del cuento, del canto…
Y de todo ser humano, pues es nuestro hermano.

De la flor que tímida florece.
Del sentimiento que con sólo sentirlo crece.

Enamórate de una causa noble
porque te hará fortalecer como un roble.
Enamórate de la lágrima prendida de una orilla
que teme y se precipita.
Enamórate con todas tus fuerzas... hasta cantar.
Enamórate del “por siempre jamás”
que hace en nuestra sangre el deseo... estallar.

Enamórate de aquí hasta el cielo
Y hazlo explotar dentro de tu pecho.

De cara al sol deja nacer al verso, a la canción, a la quimera...
De tu elección... ¡no te arrepientas!
Enamórate de nuestras afinidades,
pero, sobre todo, enamórate de nuestras diferencias
pues están basadas en distintas creencias.
Enamórate de la maravillosa idea,
de ver en nosotros: dos naranjas completas.
“Yo me amo”, “Tu te amas”, “Nosotros nos amamos”...
¡Es una oportunidad! En este sendero que recién iniciamos.

Sí, enamórate de mí...
Porque yo... ¡me estoy enamorando!

Señor, ¡no busco!

Permíteme reconocer,
Si es tu deseo y mi destino de pareja;
Al hombre, ser humano generoso,
Que por sus pensamientos,
Sentimientos y acciones nobles...

¡No busque!

Sencillamente atraiga, por Ley Divina:
A la mujer, ser humano generoso,
Por sus pensamientos,
Sentimientos y acciones nobles...

Y qué, cuando eso suceda, ¡sepamos reconocernos!

Así, solo así, quiero una pareja.

Ser sensible...
más allá que desear ser ave,
¡es saberme ave! Volarme en mi libertad,
sentir la emoción de un vuelo rasante;
la delicia de tomar con mi pico un pez
y jugar en el aire y los mares con él.

Ser sensible...
más allá de querer un beso...
Humedad, pasión, ensueño,
inspiración misma
del encuentro de dos bocas...
¡es ser beso!

Ser sensible...
más allá de volar con la imaginación,
¡es ser la imaginación misma!
Recorrer con alas propias
dentro de mí,
los cuentos de amor, risa
y fantasía.

Ser sensible...
más allá de soñar con el mar,
es ser gota, ola, marea.
Irme, venirme, entre montañas de arena.
Jugarme y cubrirme de espuma
entre los brazos candentes del Sol
y la brisa nocturna.

Ser sensible...
más allá de querer, buscar, necesitar,
¡es aprender a Amar!